De acuerdo a una de las más difundidas interpretaciones, las
ciudades se construyen originariamente como un refugio ante los peligros que
parecen acechar la vida humana desde siempre. Las amenazas de la naturaleza son
reducidas mediante su racionalización y expulsión más allá de las murallas
perimetrales, y la incertidumbre ante el extraño es aminorada mediante la
codificación de las relaciones sociales. Durante las últimas décadas, sin
embargo, esta visión favorable de la vida urbana ha cedido terreno frente a una
nueva mirada, más adversa, de representar la ciudad; una mirada que reposiciona
al peligro dentro de los límites urbanos y que, reelaborando la figura del
desconocido, ha producido radicales transformaciones en la manera de significar
la ciudad.
El miedo que siente el hombre en los espacios urbanos va como si fuera un péndulo desde los dos extremos: así los espacios masivamente poblados puede producir lo que se conoce con el nombre de agorafobia, relacionada con el temor intenso a los espacios abiertos o públicos en los que pueden presentarse aglomeraciones. Sin embargo, observamos el fenómeno contrario, es decir, los espacios urbanos que normalmente estaría habitados y poblados vemos como se encuentra totalmente vacíos
Los espacios construidos por seres humanos que carecen justamente de
personas habitándolos provocan un sentimiento ominoso. Nick Frank tiene un
proyecto fotográfico muy interesante que juega con este concepto, en las
habitualmente ajetreadas estaciones de metro de Munich, al igual que hiciera
Kubrick, la ausencia del hombre, provoca en el mismo hombre miedo, miedo a una violencia
que le puede venir y que no controla.
Pero la ausencia de seres humanos en sus andenes, asientos y
pasillos nos hace reaccionar como si estuviéramos dentro de una película de
terror. ¿Qué se esconde detrás de esta paz aparente? ¿Dónde están todos? Con
esta aparente obsesión apocalíptica potenciada por series de televisión y
películas, nos acercamos a un futuro cercano donde el ser humano es irrelevante
para la existencia del mundo..
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