miércoles, 17 de diciembre de 2014

TRIÁNGULOS AMOROSOS


El tres es un número par” o “El tres nunca ha sido un número”, dice Almudena Grandes en sus Castillos de cartón. El tres: ¿una fantasía recurrente? ¿Un oasis que sólo puede acabar mal?, ¿la forma de amar más inteligente por eso de que se reparte el amor y se huye del egoísmo y del vampirismo de las relaciones? Si estamos seguros de algo es del magnetismo del número tres. Eso explica la cantidad de películas que basan su principal atractivo en el triángulo amoroso. El cine recoge una de nuestras fantasías más recurrentes y la utiliza como materia prima para construir magníficas cintas. El triángulo amoroso siempre pone a los partícipes en conflicto, sus existencias se revuelven y se tensan, como si estuvieran en una olla a presión. Sin embargo, matemáticamente, el triángulo es la única figura indeformable geométricamente. En él, además, se basan las ciencias de arquitectura e ingeniería para construir estructuras equilibradas. Paradoja interesante que nos obliga a preguntarnos y replantearnos las opiniones preestablecidas sobre una práctica aún tabú, delegada a algunos “liberados” o a noches de euforia y borrachera.

 Las Amistades peligrosas y la Edad de la Inocencia.
 Dos clásicos de los love triangle de cine: Casablanca y Sabina.
 En el ámbito afectivo - emocional, el uno es sinónimo de soledad, dos  de pareja, ¿y tres? El tres 3 es multitud, engaño, insatisfacción, prohibición (eso a veces le aporta la connotación más positiva), experimentación, riesgo, conflicto, celos, posesión, culpa, sufrimiento, descontrol, traición, confusión, desahogo, pasión, venganza, dominio, desafío, juego...
La unión de dos puntos forma una aburrida línea recta en la cual cada uno de sus vértices están abocados siempre ha encontrarse con el otro extremo. En un principio, podríamos decir, que esta unión es producto de la atracción, aunque también lo puede ser en muchos casos de la curiosidad, así los dos puntos externos de la recta siempre se buscan por medio de ella. Al cabo de un tiempo los polos se vuelven del mismo signo, y todos sabemos el cortocircuito que se produce al junto positivo con positivo. De la atracción se pasa, como poco a la indiferencia, sino al rechazo. Eso que “el roce hace el cariño” no está científicamente demostrado, mientras que el roce produce fricción y desgaste, si.
 Harrison Ford en dos triangulos amorosos de los 80
Los más recientes Juegos del Hambres, Piratas del Caribe y vampiros Crepusculares.
 Jamón Jamón de Bigas Luna y Amantes de Vicente Aranda


 Cumbres Borrascosas, Angel (Marlene Dietrich/Melvin Douglas/ H. Marshall) y Una Mujer para Dos

 Encadenados, Mogambo e Historias de Filadelfia.
 Frente a esta insulsa unión de dos puntos, tenemos la intersección de tres puntos en el plano de la vida. La inestabilidad y el desequilibrio formado por los dos puntos desaparecen, convirtiéndose  en la forma de un plano estable, en “las tres patas de un banco” que nunca cojeara  o en el misterio de la Trinidad, pues el triangulo es una de las forma perfecta  de la representación de la naturaleza. Así uno de los vértices del triangulo podrá tener las opciones que nunca les dio la recta, y aunque cambie la intensidad de su ángulo, la unión de los tres siempre nos dará 180º. En esta versatilidad e incertidumbre y la opción a elegir, estará el misterio y el entretenimiento del día a día. Los que puedan rebatir que esto moralmente es imperfecto, se equivocan de todas a todas, el triangulo, junto con el complicado circulo, es la forma perfecta que escogen las religiones a la hora de representación de sus divinidades.


 Soñadores (B: Bertolucci), El Gran Gasby, MatchPoint (Woody Allen) y Jules and Jim (F: Truffaut)

 A lo largo de la   humanidad han existido estos triángulos, y son frecuentes sus ejemplos en la historia, como el formado por Julio Cesar, Marco Antonio y Cleopatra, o Felipe II, Antonio Pérez y la Princesa de Éboli o el más reciente de Carlos, Diana y Camila o su predecesor Enrique con Catalina y Ana Bolena; el problema no radica en la imperfección del triángulo, sino en actuar de acuerdo con el pensamiento irracional  sobre el razonamiento científico…
Dos trios históricos teniendos como vértices a Ava Gardner y Elizabeth Taylor

 La Calumnia, El Cartero siempre llama dos veces y El Apartamento.

Si por el contrario añadimos una cuarta pata al banco, parte el plano perfecto formado por los tres puntos, así que tarde o temprano terminará cojeando.


... y con estos acaba la historia

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