El árbol
del conocimiento del bien y del mal es uno de dos árboles en la historia del Jardín
del Edén en el Génesis.
Un sello cilíndrico, conocido de períodos
post-acadio de Mesopotámia, se ha relacionado con la historia de Adán y Eva.
Se describe el sello como dos figuras
enfrentadas (hombres y mujeres) sentados a cada lado de un árbol, extendiendo
sus manos a la fruta, mientras que entre sus espaldas hay una serpiente, dando
evidencia de que se conocía el relato del pecado original en los primeros
tiempos de Babilonia.
La frase en hebreo: el bien y el mal, puede ser un ejemplo del tipo de figura de expresión conocida como merismo. Este parte de la técnica literaria oponiendo términos conjuntamente, con el fin de crear un significado general; por lo que la frase "el bien y el mal", simplemente implica todo. En la tradición judía, el Árbol del Conocimiento y el comer de sus frutos representa el comienzo de la mezcla del bien y el mal a la vez. Antes de ese momento, los dos estaban separados, y el mal sólo tenía una existencia nebulosa en potencia.En teología cristiana, el consumo de la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal fue el pecado original cometido por Adán y Eva. Comúnmente, en el arte cristiano occidental, el fruto del árbol se representa como una manzana, fruta originaria del en Asia central.
Esta representación pudo haberse originado de un juego de palabras en latín: al comer la malum (manzana), Eva contrajo el mālum (el mal). Es decir, la confusión acerca de la manzana y los árboles del Edén tiene mucho que ver con el arte. En general se los representan como dos grandes manzanos, aunque el Antiguo Testamento no dice nada sobre ellos. Esta libre interpretación del mito del Edén está sujeta a una lectura errónea de la expresión latina: Lignus Scientiae Boni et Mali, es decir, "árbol de la ciencia del bien y del mal"; tal como aparece en la Vulgata de San Jerónimo (traducción del griego vulgar al latín). Algunos han leído equivocadamente la palabra Mali (mal) por el sustantivo Malum (manzana), cuando en el Génesis nunca se especifica qué clase de árbol es.
Esta interpretación de la Vulgata puede haber sido influenciado por el conocido mito griego de la diosa de la discordia (de los malos / malas), que lanza una manzana de oro en la asamblea de los dioses, ya que no la habían invitado a su reunión. Con el tiempo, la imaginación popular se hizo cargo, y las referencias amalum en muchas traducciones de la Biblia fueron erróneamente traducida como “manzana.”
Esta primitiva representación en el arte paleocristiano y bizantino paso al arte de la Edad Media y de los primitivos flamencos, y de ahí por medio del Renacimiento quedó instituido dentro del a iconografía de la Historia del Arte.
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