Esta última semana del año
sirve para que los medios de comunicación publiquen las listas, en sus
diferentes apartados, de “lo mejor del
año” y para comprobar como los gustos de crítica y público no suelen
coincidir, sino todo lo contrario, recordemos que solo se trata de una
ordenación subjetiva de un grupo de
personas que no tiene por qué coincidir con la nuestra.
Esta lista corresponde
a lo mejor de la narrativa en lengua
española publicada por EL CULTURAL.
La novela olvida sus límites y fronteras
Las fantasmales fronteras
entre ficción y realidad, entre el cuento y la vida, se han desdibujado este
año definitivamente: a falta de nuevos argumentos, nuestros novelistas han
optado por narrarse a sí mismos, al niño y adolescente que fueron o al escritor
consagrado que son, mientras explican el mundo desde el balcón, a través de los
ojos de un asesino o de un impostor. Otros muchos libros podrían también haber figurado,
pues pocas veces a los críticos de El Cultural les ha resultado tan difícil
seleccionar sus 10 mejores libros de ficción en castellano.
Y aunque una lista es por naturaleza
discutible, así como un juego que es,
siéntanse libres de llevar la contraria, parece muy compartible la impresión de
que, entre nuestros narradores oficialmente consagrados, Landero, Marías,
Cercas y Muñoz Molina han sido quienes más han acertado con sus proyectos.
La narrativa española de
2014 ha evaluado la Transición y la crisis, y la lista se hace cierto eco de
ello. Pero otros fenómenos quedan inevitablemente fuera del alcance de su
radar: por ejemplo, el papel cada vez más relevante de la edición entre muy
independiente y marginal, (¿el Podemos en el mundo de la narrativa?) que está dando
la alternativa a autores brillantes, pero también a nuevos temas y fórmulas
narrativas, de la literatura de género al new weird., una etiqueta creada para
englobar lo inclasificable, a una serie de autores cuyas temáticas hibridan los
grandes pilares del género, como son la fantasía, el terror y la
ciencia-ficción, para crear una serie de
historias construidas con un alto grado de complejidad y realismo de acuerdo a
sus propias reglas internas.
El Balcón de Invierno. Luis Landero
De la ficción Landero se ha
adentrado en el relato más descarnadamente autobiográfico para narrar tanto su
infancia como los años de formación en Madrid como aprendiz en un colmado, un
taller y una oficina; los primeros poemas y las primeras lecturas; su aventura
como guitarrista profesional y su presente como “proyecto de escritor”.
El Impostor. Javier Cercas.
Una vez más Javier Cercas apuesta
por la realidad como materia narrativa al desmenuzar las mentitas y ficciones
de Enric Marco, El Impostor. Lo hace, además
a través de las propias mentiras de su antihéroe, las miserias y mentiras
de Marco se nos resumen con sorprendente exactitud, capaz de engañar al mundo
entero haciéndose pasar por un heroico superviviente de los campos de
exterminio nazi sin haberlos pisado jamás.
Como la Sombra que se va. Antonio Múñoz Molina.
El 4 de abril de 1968, el líder negro Martin Luther King cae abatido
de un único disparo en la parte inferior de la cara. Su asesino se llamaba
James Earl Ray. Un hombre del sur americano, blanco y ferozmente racista. Su
huida le exige cambiar de identidad y de país. Aparece, como de la nada, a los
pocos días de su cronometrado crimen en Lisboa. En 1987, un joven funcionario
del Ayuntamiento de Granada hace un viaje relámpago a la capital portuguesa
para terminar la novela que tiene entre manos, la novela que escribe en los
ratos libres que le dejan su obligación laboral y familiar. La novela se
titulará El invierno en Lisboa. Su
autor se llama Antonio Muñoz Molina. Este son los dos soportes argumentales
sobre los que se erige Como la sombra que se va, la nueva novela de Antonio
Muñoz.
Monasterio. Eduardo Halfon.
Se trata de una novela breve
tan coherente y precisa como profunda. Una novela sobre la identidad y el
desarraigo que resulta hipnótica y en la que el autor juega con el erotismo
solapado y el humor en los momentos de mayor tensión del relato, hasta construir una
conmovedor ejercicio sobre la memoria.
La Soledad de los Perdidos. Mateo Díaz.
Novela cuyo protagonista es Ambrosio Leda, un maestro que consiguió evitar la
Depuración huyendo a Balma, Ciudad de Sombra. Las coordenadas espacio-tiempo
nos llevan a una posguerra que nos recuerda la de nuestra Guerra Civil, pero
Mateo Díez nunca da más pistas de las que quiere porque en realidad su posguerra
es todas las posguerras, y sus vencidos, los mismos de siempre. Ambrosio Leda,
una madrugada, dejó a la familia para huir. De eso hace ya 15 años de ceguera,
búsqueda y extravío. Balma es una ciudad sí, de contornos vaporosos, con barrios que se derrumban y paredes húmedas
que necesitas palpar con las manos. Es un delirio, un mapa de brumas, una
prisión, una isla en la que están a salvo de la muerte los muertos, los
evadidos, los olvidados, los borrados de listas y estadísticas. Una ciudad para
sonámbulos
Así empieza lo Malo. Javier Marías.
“No hace demasiado tiempo que ocurrió aquella historia, y sin embargo
hoy sería imposible. Me refiero a lo que les pasó a ellos, a Eduardo Muriel y a
su mujer, Beatriz Noguera, cuando eran jóvenes, y no tanto a lo que me pasó a mí
con ellos cuando yo era el joven y su matrimonio una larga e indisoluble desdicha” Así arranca esta novela sobre el
deseo como uno de los motores de la vida, que no olvida la impunidad la
arbitrariedad del perdón, la obstinación amorosa ni las relaciones íntimas.
La Trabajadora. Elvira Navarro
"Todavía no me conozco como
escritora pero puedo señalar un tema que me obsesiona: cómo se construye la
identidad”.
Esta novela, que confirma a
Elvira Navarro como una de las voces más singulares de su generación, es quizá
una de las pocas de la literatura española reciente que indaga en la patología
mental sin desligarla del contexto social en el que se produce.
Elisa corrige libros para
un gran grupo editorial que retrasa los pagos durante meses. La precariedad
económica la obliga a compartir piso con una extraña mujer sin pasado. Un asfixiante
silencio sobre lo que concierne al trabajo y a la vida de esta insólita
inquilina lleva a Elisa a obsesionarse por saber quién es la persona que
convive con ella. Sus preguntas obtienen por toda respuesta una serie de
ficciones con las que su compañera de piso sabotea cualquier posibilidad de que
alguien la conozca, o al menos eso es lo que cree Elisa, quien no concibe que
la locura sea un lugar desde el que construirse voluntariamente.
El Mundo de afuera. Jorge Franco.
Jorge Franco (Medellín,1962)obtuvo
el premio Alfaguara con esta novela que hunde
sus raíces en los cuentos de hadas Y se tiñe luego de violencia y sangre, hasta
construir, “una buena novela ,de tensión y ritmo crecientes ,con personajes redondos,
más la riqueza simbólica y el interés de la parodia y el humor”
Brilla, Mar del Edén. Andres Ibañez
Novela total, Brilla, mar
del Edén es una nueva cosmogonía al alcance de la mano disfrazada de remake de
Lost (Perdidos). Entroncada en forma e imaginación con El Quijote, su contenido
hunde sus raíces en este siglo XXI donde “estamos asistiendo a la caída del
espectáculo, a la caída de todas las trampas en todo: en la política, en la
sanidad… Todas las creencias y valores se han caído y nos dejan ver las máscara
que había”.
Esta aventura literaria de
casi ochocientas páginas comienza cuando un avión de Los Ángeles a Singapur se
estrella en mitad del Pacífico y sus noventa supervivientes quedan atrapados en
una isla aparentemente deshabitada, incomunicados. Entre ellos hay indios,
americanos, mormones, españoles, católicos, un maestro en yoga y sus muchos
seguidores, timadores, un millonario suizo, un cirujano, un compositor español
que vive en Estados Unidos, un escritor chileno que se llama Roberto Bolaño y
una actriz conocida como Nicolette Sheridan.
La buena reputación. Ignacio Martínez de Pisón.
La buena reputación es una
soberbia obra que refleja la sociedad española de posguerra hasta la llegada de
la democracia a través de una saga familiar, una de las mejores novelas del año
y que nadie debería dejar de leer.
Nos narra la historia de
una familia a lo largo de tres generaciones y de manera cronológica. Samuel y
Mercedes, los abuelos enamorados a la antigua, viviendo en Melilla y por los
que transcurren los años del Protectorado español en Marruecos; Miriam y Sara,
sus dos hijas cuyas infancias transcurren en África, aunque su madurez se
traslada a la península; y los nietos de ellas, sobre todo centrados en los de
Miriam, Daniel y Elías, que son los encargados de “soportar” la herencia de los
abuelos, y con los que se acaba esta saga.
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