Desde su presentación en 1962, las
havaianas son junto al fútbol y la samba uno de los factores más importantes de
"igualdad social" en Brasil, que tiene una de las sociedades con más
estratos en el mundo.
El mismo año que Vinícius de Morales y Antonio Carlos Jobim compusieron “la Garota de Ipanema” símbolo universal de la bossa nova brasileira, ese mismo año, en 1962, comenzaran a venderse las chanclas más famosas del país, las Havaianas. En un primer momento, fueron pensadas como un zapato básico para el trabajo en las plantaciones y no tardaron en popularizarse entre las clases trabajadoras por su bajo precio. Al principio, eran muy sencillas, 100% de goma y con un mismo diseño: suela blanca y tiras azules. Era el calzado del pueblo. Inspiradas en las Zori, aquellas sandalias japonesas confeccionadas con granos de arroz compacto en la suela (que todavía hoy en día es uno de los motivos que hace de Havaianas una sandalia única) y tiras de telas de colores. Actualmente, vende más de 200 millones de pares de sandalias al año.
"Son frescas, coloridas, cómodas y elegantes", sintetizó un directivo de la empresa Alpargatas, fabricante de la marca, "Son la quintaesencia de lo que la gente encuentra atractivo sobre Brasil".
A
principios de la década de 1990, cuando los competidores locales empezaron a
ganarle mercado a las havaianas, los ejecutivos de la marca dieron un arriesgado
giro de 180 grados en su estrategia. El plan, enfocado en reposicionar a las
havaianas como un accesorio de moda, tuvo tal éxito que desde entonces se ha
convertido en un caso de estudio de mercadotecnia en las escuelas de negocios.
La
marca observó a los usuarios con inventiva que llevaban tiempo transformando
sus sandalias bicolores en unas sandalias
monocromáticas dándole la vuelta a la suela. En 1994, salió una nueva línea
de havaianas de un solo color, en negro, azul marino, rosa o morado.
De
pronto, los brasileños de clase media y alta, que no habían sido cautivados por
las havaianas o bien las usaban exclusivamente en el corto trayecto de sus
apartamentos frente al mar a la playa, empezaron a usarlas las nuevas chanclas de
en múltiples colores para todo tipo de
ocasiones.
Los
números avalan esa su perdurable popularidad. El año pasado, se vendieron 210
millones de pares de sandalias havaianas en el mundo. Aunque se exportó el 15%
de la producción nacional a unos 80 países, en Brasil se vendieron en 2014
suficientes sandalias para casi todos los hombres, mujeres y niños.
Mientras,
Havaianas continúa “colonizando” el mundo con sus chanclas de colores. La
firma, además, continúa introduciendo nuevos productos a su abanico comercial
para que no le pille con el pie cambiado una posible saturación del mercado. Este mismo mes de mayo, ha comenzado a vender
ropa de baño y ha lanzado una colección de botas de aguas,como no, de multiples colores..
No hay comentarios:
Publicar un comentario