La mayoría de las veces consideramos que el libro original es mejor que la película resultante, pero, en ocasiones, la magia del cine consigue hacernos ver aquello que imaginamos al leer.
Hace unos días disfruté viendo la adaptación cinematográfica de La ladrona de libros.
La película, dirigida por Brian Percival (director de varios capítulos de la exitosa Downton Abbey) es agradable de ver, pausada, sin excederse en las penurias ni cargar las tintas en los aspectos más duros de la historia.
Pero, sin lugar a dudas, lo que me hizo ir al cine para ver esta película fue el grato recuerdo que tenía del libro de Markus Zusak.
La ladrona de libros es una historia contada por un narrador poco habitual: la Muerte, quien nos va mostrando la historia de una niña que vive con una familia de acogida en un pueblo cercano a Munich ( en la calle del Cielo, Himmelstrasse) durante la Alemania Nazi. Mientras el todopoderoso partido de Hitler va ganando adeptos, asistimos a las aventuras de Liesel Meminger, la relación cariñosa con su padre de acogida que le enseña a leer y escribir, la amistad con Max el judío al que los Huberman esconden en su casa, así como con la esposa del alcalde que le permite leer y robar los libros de su biblioteca.
Los libros salvaron su vida ya que durante el bombardeo de su calle se encontraba en el sótano, su refugio preferido, escribiendo.
Es una novela llena de humor negro, de cinismo, de ternura y de amistad. Os la recomiendo.
By Yola
muy buena y bonita entrada...
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