domingo, 5 de enero de 2014

NOCHE DE REYES

OLIVER TWIST - CHITTY CHITTY BANG BANG

Mis primeros recuerdos como espectadora de cine los sitúo en las sesiones matinales del cine África. Mi abuela Milagros había trabajado en el Cervantes y nos tiraba apresuradamente de la mano a mis hermanos y a mí hacia aquel edificio que nos parecía muy lejano, pero para los falto de puntualidad siempre nos quedaba el consuelo del Nodo. Imágenes en blanco y negro que solo eran un prólogo sin interés. La gente se agolpaba en las taquillas y se daba codazos para alcanzar la petición de la taquillera. El cine todavía no conocía el olor y el crujir del maíz tostado en grandes dosis, pero el ruido del ir y venir por los pasillos formaba parte del disfrute   de la película.
En 1968 se estrenaron dos películas musicales que exhibió la única sala del cine África 

algunos años después: Chitty Chitty Bang Bang y Oliver. Las bandas sonoras de las dos películas las he tarareado en muchas ocasiones, como se repetían los romances en la Edad Media, con una memoria nueva, de estreno, como aquellos atuendos de domingo y  fascinada por las historias.
Hoy víspera de la noche de Reyes, puedo documentar estas dos películas, que nos llevaron, por una parte a la Inglaterra victoriana de la mano de la segunda novela escrita por Chales Dickens: Oliver Twist, en ella hizo a un niño protagonista  por primera vez en la literatura británica. Los ojos de la tristeza y el desamparo infantil son los del actor Mark Lester, aquel niño rubio que se ve obligado a delinquir para poder sobrevivir en las calles de Londres. Dirigida por Carol Reed, obtuvo cinco óscar, entre ellos a la mejora película. Esta categoría conseguida por una película musical no volvió a repetirse hasta Chicago, treinta y cuatro años después. Hoy sé, que la melodía que guardé en la memoria, fue Óscar a la mejor banda sonora.
 Por otro lado, y  hoy también sé que el autor de la novela infantil del mismo título de la película, que hace referencia a un famoso coche de carreras de la época, fue el creador de James Bond y de toda la saga  007, Ian Fleming. Las curiosidades sobre esta película también nos lleva a resaltar la importancia de su banda sonora, compuesta por los hermanos Sherman, primera aportación a una película fuera del universo Disney.
Chitty Chitty Bang Bang es una película de aventuras, donde un excéntrico inventor Caractacus Potts (interpretado por Dick Van Dyke),   consigue convertir un viejo coche de carreras, en un objeto  capaz de volar y flotar en el agua.
  El coche  es verdadero protagonista de la historia, que debe su nombre a los peculiares sonidos que hace mientras circula. En él viaja el inventor (que es viudo) junto a sus dos hijos pequeños, su padre y su enamorada a un mundo mágico, lleno de imaginación y poblado por piratas en un escenario de castillos y fantasía. Otra curiosidad sobre la película es que el castillo que se muestra fue el recreado en la película Disney, La Cenicienta.
El castillo de Neuschwanstein
Los ocupantes del coche viven una gran aventura enfrentándose a varios villanos, en especial al malvado Baron Bomburst. Un personaje siniestro que se encarga de poner el contrapunto a la película, dándole un toque oscuro y de adulto caprichoso.
Una de las escenas favoritas  de la película es aquella en la que los protagonistas se convierten en muñecos articulados. Sin embargo, hoy Dick Van Dyke me parece absolutamente histriónico, pero cuando la vi por primera vez, yo no sabía que existiera esa palabra.
Vuelvo a la butaca del cine África, observo los movimientos de Dick Van Dyke, sobre la plataforma giratoria y después a su novia, o su mujer, no lo sé. Ella va vestida como con un traje regional de los Alpes o de Holanda, tampoco lo tengo muy claro en ese momento. Y me encanta que no tengan miedo del Baron, a pesar de que era un hombre muy malvado. Al final, toda la sala aplaude  como si fuera una obra de teatro, sin embargo solo salen a saludar los nombres de los actores sobre un fondo oscuro.
Cuando la vi hace unos años en la madrugada de la noche de Reyes con mis hijos, reconocí a los personajes, esperaba ansiosa la escena de los muñecos. Pero no hay nada como un niño para ver una película sin saber nada de cine. Qué pena no poder volver a verla  por primera vez












Por Almudena

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