Ni demasiado rico, ni demasiado fino, ese es su lema a la hora de diseñar zapatos de Christian Louboutin, el creador de los stilettos más sexys y deseados del planeta
Este bon vivant internacional, nacido en París en 1964, comenzó a dibujar cuando era sólo un niño y esta afición por el dibujo, sumada a su gusto por el calzado y por la vida nocturna, le condujeron a diseñar zapatos para el music-hall parisino. Tras comprobar el éxito de sus creaciones, sometidas a las carreras constantes y a las exigentes coreografías de las bailarinas, se lanzó a la realización de encargos como freelance hasta que, a comienzos de los años noventa, abrió su propio establecimiento en el Passage Véro-Dodat de su ciudad natal.
Sus distintivas suelas rojas -cuya exclusividad le ha costado no pocos litigios-, sinónimo de lujo y elegancia, han hecho de las creaciones de Louboutin algo icónico. Según el diario El País, su tienda de Nueva York factura anualmente más de 4,5 millones de euros y vende, sobre todo, zapatos de tacón, un tacón que puede llegar a alcanzar los 16 centímetros.
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