Laurent Chehere es un artista francés
que sorprende con su manejo en las manipulaciones de fotografías. Toma imágenes
de casas y edificios bastante típicos en zonas periféricas de las ciudades y
luego las hace levitar entre aves, ropa, cables de electricidad y toda
la cotidianidad que suele habitar junto a ellas. Así, logra crear una
imagen totalmente surrealista a partir de una realidad común y corriente.
Os acordáis cuando de pequeños decíamos “un burro volando”, pues eso es lo que hace el fotógrafo francés Laurent Chehere conocido por su trabajo comercial para clientes como Audi y Nike, pero tras un tiempo en la publicad, viajó por el mundo tomando como fuente de inspiración lugares como China, Argentina, Colombia y Bolivia.De sus numerosas fotografías a lo largo del camino nació la serie “casas voladoras”, una colección de fantásticos edificios, casas, tiendas de campaña y remolques separados de sus respectivos fondos y suspendidos en el cielo.
Su serie “Flying Houses”, que comenzó en 2007, es una exploración fantástica de la arquitectura diversa e inspiradora de París, aunque no exactamente las estructuras que dan fama a la ciudad. “Todas estas casas que vuelan son fruto de mis viajes a los barrios populares de París: Ménilmontant y Belleville,” dijo Laurent, explicando cómo se manipularon fotografías de edificios reales para crear imágenes imposibles inspiradas en “la visión poética del viejo París“.
Algunos de los edificios fotografiados aparecen como casas típicas, mientras que otros cuentan con características inusuales, como una ventana gigante o paredes torcidas. La serie fotográfica no sólo invita a retomar la belleza escondida de las casas olvidadas, también hace imaginar la experiencia transitoria de poder volar con nuestra propia casa.
“A veces uso lo real, metafórico, simbólico y subjetivo, si es necesario, para contar una historia”, dijo el artista.
“Me interesan los gitanos en caravanas en espera de su expulsados por la policía, los inmigrantes procedentes de África en edificios inseguros, circos en el borde de las autopistas que rodean París, cines de Pigalle, y la vida tranquila en los suburbios“, escribió Chehere acerca de sus fuentes de inspiración para el proyecto.
“Técnicamente, dibujé los edificios y después, fotografié cada elemento, como el techo, las paredes, las ventanas, graffitis, e incluso la gente, es un montaje“, explicó Chehere
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