Sinopsis
Un día, Carlos (Luis Tosar), un ejecutivo de un banco, de camino en
coche para llevar a sus hijos al colegio, recibe una llamada anónima. El
misterioso personaje que se encuentra al otro lado del teléfono le da la orden
de conseguir una determinada cantidad de dinero en apenas unas horas. Si no lo
hace, su coche, explotará.
La hemos visto más veces,
pero no así, y no aquí. Películas de venganza, del ojo por ojo, comandadas por
la acción y desarrolladas (casi) en un único escenario, cerrado,
claustrofóbico. Lo normal al toparse con El
desconocido, estupendo debut en el largometraje del gallego Dani de la Torre, es pensar en Speed:
Máxima potencia: una bomba en un vehículo, un escarmiento, velocidad, presencia
de inocentes. Y sin embargo, quizá comparta más esencias con Última llamada
(Joel Schumacher, 2002): la conversación telefónica como yincana hacia el
abismo
El desconocido» es una película rápida, trepidante, con viveza en todos sus
matices. Es voraz, tan angustiosa
en momentos cumbres que convierte al espectador en una víctima encerrada en un ataúd
mínimo enterrado boca abajo, bloqueados en un ascensor enano atascado casi de
por vida, tal es la sensación de indefensión que se produce. Al igual que a sus
protagonistas nos deja con el culo pegado al asiento.
El cielo gris, casi plomizo, de La Coruña, ayuda a crear esta atmosfera
de tensión, los coruñeses se van a ver sorprendido en ver sus calles
convertidas en el escenario de una película de acción. Una gran labor de producción redondeada por
un magnífico trabajo interpretativo: la impresionante actuación de Luis Tosar que, una vez más, demuestra
hasta donde es capaz de meterse en el personaje, capaz de provocar una
sensación de pánico e impotencia tal que contagia al espectador; la revelación
adolescente Paula del Río o de Elvira Mínguez,
aunque quizás hubiera sido mejor guardar la sorpresa de quién es el desconocido,
que al salir en los títulos de créditos queda revelada (yo no lo haré).
Hitchcock manifestaba que “nunca se te ocurra hacer una película con
animales, ni con niños, ni con Charles Laughton", y es que el maestro
del suspense no necesitaba de este recurso para mantenernos en tensión
toda la película. Aunque en contra de la
opinión del rey del suspense, en la historia del cine de tensión, los thrillers
suelen utilizar a los niños como
víctimas inocente, como recursos
dramáticos y formales, que se utilizan para generar al mismo tiempo una
atmósfera de tensión y de empatía. Y es
en el Desconocido los dos hijos de un director de una oficina bancaria, las víctimas
inocentes que tienen que redimir las culpas de su padre.
Pero si bien el ritmo es
frenético, lo que queda por dentro del envoltorio es aún más atroz: la denuncia
de un sistema bancario que mete en la rueda de la desesperación a dos familias
como en realidad podían ser cien, mil o un millón. Lo sucedido en este país (y
en otros) está expuesto a flor de piel y recuerda en cierto punto a la tragedia
de Olot, cuando aquel albañil mató en 2010 a cuatro personas, dos empresarios y
dos empleados de banca, al descubrir que le iban a despedir después de que le
debieran varios meses de sueldo, como en otros casos la realidad supera a la
ficción. Eso sí, cuestión peliaguda la del cine social de entretenimiento, ¡cómo
se puede entretener con los fondos tóxicos!
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