Cuando oímos hablar de tsunamis, solemos pensar en Asia, y
muy especialmente en el país que nos dio la palabra: Japón. Ciertamente, los
maremotos que se dan en algunas costas asiáticas son terribles, debido a una
mezcla de factores geológicos, geográficos y superpoblación (y, últimamente,
por ciertas centrales nucleares) Pero no son los únicos. Se da la circunstancia
de que la Península Ibérica es otra de las regiones con riesgo maremotriz.
Engaña, porque por estos lares no son tan frecuentes y tampoco suelen ser tan
intensos. Pero el riesgo existe.
El Mar Mediterráneo
tampoco es inmune a los tsunamis, sobre todo en su parte central y oriental,
con fuerte actividad sísmica. El historiador griego Heródoto de Helicarnaso ya
nos cuenta que, en el año 479 aEC, durante un asedio a la ciudad de Potidea,
los atacantes persas que aprovechaban un repentino y sorprendente descenso del
nivel del mar para atravesar el istmo fueron sorprendidos por una gran ola como
nunca se había visto antes y perecieron ahogado.
La actividad sísmica en el
Mediterráneo Occidental no es tan intensa, pero también suceden. El más
reciente así digno de mención fue el 21 de mayo de 2003, a consecuencia del
terremoto de Bumerdés, Argelia
El 10% de los tsunamis tiene lugar en el Mediterráneo, con una media de uno de gran tamaño cada siglo. El riesgo
para las poblaciones costeras es alto, ya que reúnen a más de 130 millones de
personas. Además, debido al pequeño tamaño del mar, las olas alcanzan las
costas con mayor rapidez, por lo que resulta más difícil avisar a tiempo. Por estos
motivos, un equipo de investigadores ha desarrollado un modelo que simula el
impacto que tendría un fenómeno así en nuestro mar, con el objetivo de aumentar
el conocimiento existente y poder anticiparse a la naturaleza.
Hay más probabilidad de que un tsunami se produzca en la
costa mediterránea, pero tendría mayor gravedad si ocurriese en el Atlántico.
La explicación se debe a que los
terremotos que afectarían al Mediterráneo se generan en la zona de Argelia,
donde las fallas son más pequeñas que en las del Atlántio (placa euroasiática al
suroeste del Cabo de San Vicente, Portugal).
España, zona de alto riesgo
El estudio solo hace referencia a la
zona oriental del Mediterráneo. Pero tampoco la occidental, donde se encuentra
la península ibérica, está exenta de padecer este tipo de fenómenos. De hecho,
y aunque la mayoría lo desconozca, la
península ibérica está considerada por los expertos como una zona de alto
riesgo de tsunamis. Nuestras ciudades, en efecto, ya han sufrido en
numerosas ocasiones el impacto destructivo de estas grandes olas, especialmente
en el golfo de Cádiz y en las costas mediterráneas. Olas que, además, han
provocado ya miles de muertes en nuestro país. Las regiones más expuestas de
nuestro país son la bahía de Cádiz, Huelva, el litoral del Mediterráneo y las
Baleares.
El maremoto del 1 de noviembre de 1755 llega a la ciudad de Lisboa, ya gravemente dañada e incendiada por el terremoto precedente. Grabado: G. Hartwig- |
La mayor catástrofe natural jamás
producida en España se produjo en el año
1755,conocido como el terremoto de Lisboa o de Todo los Santos. El
maremoto, originado en la falla Azores-Gibraltar, golpeó con fuerza desde
Irlanda al Senegal. Al Sur de la Península Ibérica, causó devastación y
mortandad entre el Algarve portugués y la provincia de Cádiz, con olas a las
que se les han estimado hasta quince metros de altura. Se llevó por medio
Ayamonte, matando a unas mil personas, más un número indeterminado de pequeñas
comunidades costeras.
Según el catálogo europeo de
tsunamis, entre los años 300 A.C. y 1900 se han generado hasta 18 tsunamis sólo
en el área del golfo de Cádiz. Entre ellos, dos fueron especialmente catastróficos:
el de 1531 y el ya citado de 1755. El estudio de antiguos sedimentos ha
permitido identificar, además, las huellas de un gran número de tsunamis en esa
región, que los expertos consideran «de alto riesgo».
En cuanto al Mediterráneo occidental
(Málaga, Granada, Almería, Murcia y Baleares), las principales fuentes de
generación de tsunamis se encuentran en el norte de Argelia y, más lejos, en el
mar Egeo. Si ocurriera un tsunami frente a Argelia, en menos de 30 minutos gran
parte de la Costa del Sol se vería afectada por las olas. Y aunque los tsunamis
mediterráneos no son tan desastrosos como los generados en la cuenca Atlántica,
sí que son perfectamente capaces de inundar zonas bajas del litoral. Estudios
recientes muestran que Almería, Murcia y numerosas localidades de Baleares, se
inundarían con un tsunami de apenas 3m.
El Mar de Alborán ha
sufrido nueve tsunamis según los registros históricos que comienzan en el siglo
XVIII. El más grave fue el de 1790 que llegó a provocar inundaciones en las
costas norteafricanas y peninsulares. Debido a la forma de la costa las
localizaciones con un mayor riesgo se encuentran en Melilla, Málaga y Adra,
Después vendrían Almería y Roquetas. El
de Ceuta, por su situación geográfica,
es un riesgo a tener en cuenta pero menor, que el de estas localidades o el
que pueda haber en la Bahía de Cádiz.
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