Definitivamente el Festival de Eurovisión se ha convertido en un simpático
club de frikis, que viven de sus propias excentricidades, donde el minuto de gloria se lo lleva no la
mejor canción -…sí la hubiese, con lo cual habría que instaurar la modalidad de
dejar el primer premio desierto, por falta de calidad-, sino la puesta en
escena, la actuación, o, los propios interpretes que logren rizar el rizo, el más difícil todavía. Así
en anteriores ediciones hemos vistos que han ganado el Festival, monstruos/rinocerontes
o interpretaciones sui generis (por ser benévolos).
Y en la actual edición, como si estuviéramos en el circo, el premio se lo
lleva… LA MUJER BARBUDA, La austriaca, Conchita Wurst, cuyo nombre real es
Thomas Neuwirth, ha sido una de las intérpretes más buscadas de estos días en
Copenhague.. Tanto en los ensayos como durante la gala final, ha lucido largos
vestidos de lentejuelas y melena a la vez que una espesa, característica y comentada
barba.
Como la materia no se destruye sino
que se transforma, con los nuevos tiempos los frikis, encabezados por José
María Íñigo, buscan y utilizan nuevas herramientas, así Eurovisión es uno de los momentos del año en
que las redes sociales se llenan de comentarios, chistes y toda clase de
comparaciones. Los usuarios encuentran en cualquier momento de la gala una
oportunidad para hacer bromas y lo más aparentemente insignificante puede
convertirse en Trending Topic. Este año han sido especialmente comentadas la
puesta en escena de las cantantes polacas, el hecho de que Portugal no haya
dado ni un solo punto a España y que Alemania haya dado solo uno y, por
supuesto, la propia Conchita Wurst y su barba.
Por supuesto, en todas las ediciones. España parte como favorita y siempre
observamos cómo, desde tiempos remotos, se comete una injusticia y afrenta con
nuestra canción, donde los tejemanejes, mercado persa o el chalaneo de los
votos, siempre nos perjudica… aunque cantemos en ingles.
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