Para este nuevo proyecto,
Yasumasa Morimura toma como punto de partida el cuadro de “Las Meninas”, obra maestra del magnífico pintor barroco español Diego
Velázquez. Eligiendo como escenario el Museo Nacional del Prado, la sala donde está albergado el famoso cuadro, Yasumasa
Morimura, se adentra en el silencio de la oscuridad de la noche. A través de un
bucle espacio-temporal la sala del museo se superpone a la escena del cuadro,
dando origen a un juego visual casi ilusorio. El artista da rienda suelta a sus
obsesiones y sus fantasías sobre la pintura, utilizando el recurso del espejo,
ofreciendo así nuevos puntos de vista al espectador.
Yasumasa
Morimura (Osaka, 1951) es un artista japonés que trabaja y profundiza con su
obra en los diferentes aspectos de la imagen. Desde un punto de vista escenográfico,
Morimura recurre a la teatralidad para modificar o re-argumentar escenas
reconocidas por el gran público. Su trabajo se complementa con elaborados
decorados y maquillajes, que consiguen transformar la imagen estereotipo que
teníamos de una escena concreta. El juego de la identidad y de la búsqueda de
un nuevo yo, se entremezclan con obras que reconocemos todos, pero que ya no
nos parecen lo mismo. Como si les hubieran extirpado la esencia, nos queda
reflexionar sobre los iconos, los mitos, y labor que han tenido para ayudarnos
a entender la historia, y por la tanto a forjar nuestra identidad.
Yasumasa tuvo que visitar el Prado de noche, casi a oscuras,
como ya propuso Alberti (Una noche de
guerra en el Museo del Prado), para que el cuadro colmara vida propia. Es
una obra que siempre le había fascinado desde que se transformara en la Infanta
Margarita en el juego de máscaras que es su proyecto sobre el autorretrato. En Las
Meninas renacen de noche, los personajes suben y bajan del cuadro, se colocan
en su lugar, siendo ellos ahora los que observan a Las Meninas. Aquí es tal el
grado de implicación que Morimura no es el autor sino un personaje más.
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