Wonderful
World de Sam Cooke.
Escrita por el
propio Cooke junto a Herp Albert y Lou Adler en 1958 y lanzada como single en
1960, Wonderful World es una sencilla composición sobre el asunto más
universalmente tratado en la historia de la música pop. Básicamente, es una
declaración de amor: el chaval le confiesa a su chica soñada que es una
calamidad; que ni se entera ni le interesa nada de lo que le cuentan en el High
School; que nunca ganará una beca para ir a Harvard, pero que si algo sabe a
ciencia cierta es que la quiere. En fin, bonito amor adolescente y esas
movidas. Supongo que una de las cosas que la hacen irresistible es que consigue
que hasta los más cínicos del condado respecto a relaciones sentimentales
creamos que el amor verdadero existe… aunque sólo sea durante los dos minutos
que dura la canción.
Esta canción
también está en la historia del cine de los años 80.
En Desmadre a la Americana de John Landis
el malogrado John Belushi la siente y vive en el comedor del campus
universitario, mientras los bienquedas
están a lo suyo. ¡Quién no ha querido ser igual que Belushi viendo esta
película!
También un macarra y jovencísimo Richard Gere interpretando a un ladrón de coches,en Vivir sin aliento, intenta conquistar a una estudiente universitaria.
Lo que sí es
imprescindible recordar es que WW suena en una de las secuencias clave de Único
testigo (Peter Weir, 1985). Kelly McGillis y Harrison Ford, se marcan un baile mítico en un granero en la
que es, probablemente, una de las escenas con más erotismo contenido de la
historia del cine. Para escándalo del abuelo de Heidi, perdón del abuelo amish.
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