Siguiendo los textos bíblicos y las fotografías de DUANNE MICHAELS sobre lo que podría ser, lo que permite crear incertidumbre y descolocar al espectador, siempre según la imaginación de cada persona que se enfrenta a sus imágenes.
Francisco de Goya, por medio de La Anunciación de la Virgen y El Sueño de San José, nos ayuda a una nueva interpretación.
El conocido oráculo de
Isaías: «He aquí que una doncella está
encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel» (Is
7,14), aunque no excluye la posibilidad
del embarazo virginal, ha sido
interpretado explícitamente en este sentido sólo después de la venida de Cristo.
A María se le pide que
acepte una verdad jamás enunciada antes. Ella la acoge la pregunta: «¿Cómo será
esto?», Respondiendo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra» (Lc 1,35), el ángel da la inefable solución
de Dios a la pregunta formulada por María
San Agustín,
comentando el evangelio de la Anunciación, afirma: «El ángel anuncia, la Virgen escucha, cree y concibe»
LA DUDA DE JOSÉ
Ante José, el ángel procede de distinta manera: la concepción
virginal queda aclarada desde el principio (Mt 1. 20), pero se trata de
asegurar que el Niño sea Hijo de la casa de David.
Con una brevedad
telegráfica, San Mateo nos cuenta en diez versículos lo que ocurrió desde la
concepción al nacimiento de Jesús. Llama la atención que lo que resalta de este
período, es la difícil situación en que
se encontró José.
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