En los tres últimos años han coincidido en tres películas,
asentándose como una de las parejas más mediáticas del cine actual.
Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en
el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir,
comunicarnos y crear",
así define la RAE el amor, pero ¿qué pasa cuando el sentimiento no es
natural y tenemos que forzarlo delante de una cámara?. No es tarea fácil
eso de conseguir la famosa química de la que todos los directores hablan, de
ahí que cuando se logra, sean muchas las parejas que repiten en la gran
pantalla.
Otro cantar es cuando esa química traspasa la pantalla, nivel Brad Pitt y Angelina Jolie, porque si dicen que el roce hace el cariño, los sets de rodaje son un claro ejemplo de ello. A lo largo de la historia del séptimo arte se han producidos algunas parejas posibles o imposibles en la gran pantalla., La Historia del cine está repleta de parejas icónicas ,de tándems cuyo amor nos gustaría que hubiera traspasado, por una razón u otra, la pantalla.
A pesar de ser un cóctel
molotov siempre a punto de explotar, la formada por Jennifer
Lawrence y Bradley Cooper en El lado bueno de las cosas es una de ellas. En La gran
estafa americana volvieron a compartir pantalla, pero nos
dejaron con las ganas de disfrutar de la química que destilan como pareja... Serena,
un filme en el que dan vida a un
matrimonio bastante peculiar, llega a
las salas, llenando ese hueco que quedó cuando aparecieron los títulos de
crédito en El lado bueno de las cosas.
Jennifer Lawrence y Bradley Cooper son, por separado, dos de
los actores más cotizados y deseados de Hollywood. Juntos, van camino de
convertirse en la nueva gran pareja del cine americano. Hay pocos precedentes
para una racha como la suya: en tres años consecutivos, tres películas en las que
participan juntos. La última, «Serena», un drama romántico ambientado en los
años 20.
La primera ocasión en la que compartieron set de rodaje fue
en 2012, en «El lado bueno de las cosas», comedia con algunas gotas de drama
dirigida por David O. Russell. Cooper daba vida a un hombre marcado por la
infidelidad de esposa que regresa a casa tras una temporada ingresado en un
centro psiquiátrico. A través de unos amigos conoce al personaje de Lawrence, a
su vez marcada por la trágica muerte de su marido, agente de policía. Una
pareja tan disfuncional como explosiva que arrancaba carcajadas y, al final,
puede que alguna lágrima.
Russell volvió a contar con ambos en 2013 para «La gran
estafa americana», aunque en este caso apenas compartían escenas. Mientras ella
encarnaba a la desquiciada e imprevisible esposa del timador encarnado por
Christian Bale, Cooper daba vida al agente del FBI que trataba de darle caza.
Salvo muy hacia el final, no ocupaban el mismo plano.
La pareja vuelve a funcionar como tal (en la pantalla) en
«Serena», que traslada al espectador a Carolina del Norte a comienzos del siglo
pasado. Allí Serena y George Pemberton son dos enamorados emprendedores que se
lanzan a la empresa de levantar un imperio maderero en plena época de la Gran
Depresión. Un oscuro secreto que él esconde amenaza su relación.
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