Cuando Heinrich Himmler fue
encomendado formalmente por Adolf Hitler para encabezar las tenebrosas SS, el conspicuo
jerarca se propuso "hacerla bien" y así las cosas también pensó en la
estética de la agrupación, algo que era moneda corriente en la filosofía nazi.
El aspecto de los oficiales y reclutas de las SS no debía quedar empañado por
nada ni nadie. De modo que convocó a uno de los más fervientes admiradores y
afiliado al partido nazi, un tal Hugo Ferdinand Boss, para que sea el encargado
de diseñar y fabricar los llamativos nuevos atuendos destinados al nefasto
grupo de "seguridad de Hitler".De la mente y talento de Hugo Boss surgieron los negros e intimidantes uniformes adornados con detalles en color plata, tan llamativos (y con calaveras incluidas), que lucieron hasta el final los letales SS. Fue Hugo Boss quien los ideó y quien muy orgullosamente los presentó a la plana mayor del nazismo para que se conviertan desde entonces en la imagen viva de la muerte y la intolerancia personificadas. Hugo Boss no sólo fue productor y proveedor oficial de los uniformes del ejército alemán y las SS, sino que además era un convencido nacionalsocialista, con todas las convicciones y con el total conocimiento de las políticas (y en coincidencia absoluta con las mismas) del régimen de terror implantado por Hitler




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