INGRID BERGMAN Y JOAN FONTAINE
Sin embargo, antes que Tippi Hedren y Grace Kelly, la primera gran rubia de Hitchcock fue Ingrid Bergman. La actriz protagonizó la película Atormentada, un drama histórico en el que el amor se revela como la única tabla de salvación ante el alcohol y la locura, que no consiguió el favor del público, En Encadenados, Bergman compartía protagonismo con Cary Grant. La película sería uno de los grandes éxitos de Hitchcock y la pareja se convertiría en una de las más atractivas de la época. Recuerda, en la que Bergman tiene como pareja a Gregory Peck, es una de las películas más extrañas y personales de Hitchcock. La cinta, que explora el mundo del psicoanálisis s, contó con la colaboración de Salvador Dalí, que elaboró los decorados de la mítica escena del sueño.
Tras Atormentada,
Encadenados y Recuerda, la actriz y el director ponen punto y final
a sus proyectos: Bergman había empezado una relación con Roberto Rossellini durante el rodaje
de Stromboli y el cineasta italiano le exige a la actriz dedicación
completa. El desencanto de Hitchcock durará poco: Grace Kelly no tardaría en
llegar a su vida.
Con Rebeca
le llega el turno a Joan Fontaine,
otra rara avis en el universo hitchcockniano. Su melena castaña y su
rostro anguloso no encajaban demasiado con el canon caucásico y refinado que
obsesionaba al director. Sin embargo, la relación fue de lo más fructífera para
ambos. Tras Rebeca llegaría Sospecha, en la que Fontaine comparte
reparto con Cary Grant, el actor
fetiche del director. Su interpretación volvió a valerle una nominación al
Oscar, premio que esta vez acabaría llevándose. La hermana de Fontaine, Olivia de Havilland, también estaba
nominada aquel año y aquel hecho provocó una guerra de celos profesionales que
las separó para siempre... pero ésa es otra historia
Rebecca rodada en 1940, es una joven empleada con la
que el adinerado Maxim de Winter (Laurence Olivier) se casa en segundas nupcias
tras conocerla en unas vacaciones en Montecarlo. Su historia de “amor” está
marcada por el obsesivo recuerdo de la difunta primera mujer de Maxim llamada Rebeca.
Con un vestuario austero nadie esperaba que la cinta marcase la historia la
moda hasta el punto de dar nombre a una de las prendas imprescindibles en
nuestros armarios, la fina chaqueta corta de lana y con botones que llevaba la
protagonista y que hasta la Real Academia de la Lengua en España incluyó en el
diccionario
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