Al parecer,
‘Sucedió Una Noche’ tuvo todas las papeletas para no ser filmada nunca. Un
guion que no resultaba convincente, por estar basado en una historia real leída
de pasada por Frank Capra que perdió la gracia cuando la volvió a leer, y unas
estrellas que llegaron de rebote, fueron
sólo algunos de los obstáculos que tuvo que salvar esta película para ver la
luz. Poco tiempo después se llevó cinco Oscar…
La historia es
sencilla: It Happened One Night’, 1934 se centra en dos personajes que se ven
obligados a estar juntos durante más tiempo del que en un principio desearon,
pero menos del que desearán. Ella es la caprichosa y ociosa hija de un
millonario y él es un periodista recién despedido, un vividor. La huida de la
joven, por problemas con su padre, se convierte en noticia y el carismático
periodista del fino bigote no perderá la
ocasión de poder recuperar su puesto laboral. Lo que había empezado como un
proyecto maldecido empezó a tomar forma gracias a la química de la pareja
protagonista, los gags que funcionaban y las sutilezas escondidas entre sus
escenas, sobre todo la conocida como Muro de Jericò. Diálogos ágiles, agudos y
punzantes, que tomaban mayor acritud en
boca de Gable pusieron la guinda para rematar esta obra maldita y, como
resultado, tenemos una comedia ligera.
Aparte de por las
estatuillas doradas que ganó, ‘Sucedió Una Noche’ también es conocida por poner
de moda lo que se llamó la screwball
comedy. Este subgénero toma su nombre del beisbol, ya que había un jugador
que conseguía darle un efecto muy raro a la bola, cosa que se llamó
“screwball”. Los críticos empezaron a usar ese término para referirse a un tipo
concreto de comedias, en los que los dos protagonistas, muy diferentes entre
sí, tenían que llevarse toda la película juntos, soportándose, odiándose, pasando
por todo tipo de situaciones disparatadas, para poder llegar a un desenlace
feliz donde la tensión entre ellos se transforma en amor. Otro aspecto a
destacar es la alta carga erótica de algunas escenas, sorprendente en un film
de estas características y que funciona mil veces mejor que lo que tanto hacen
ahora tantos directores, ciegos para la sutileza y la elegancia.
Las anécdotas sobre
los protagonistas, dicen que Claudette
Colbert no quería hacer esta película, pero Frank Capra insistió. Ella
siguió negándose y Capra insistiendo. Hasta que por fin, y casi como echándose
un farol, dijo que sólo aceptaría el trabajo si le doblaban la cantidad de
dinero que le habían ofrecido al principio y si se rodaba la película en tan
sólo un mes, con la excusa que tenía cerradas sus vacaciones. La primera
sorprendida fue ella misma cuando Capra aceptó las condiciones.
Pero al parecer, no fue el único problema con
Colbert, ya que se quejó todo lo que quiso y mostró su lado más caprichoso
durante todo el rodaje. Un ejemplo de ello es la famosa escena en la que hace
auto-stop con la pierna. Claudette se negó a rodarla y se tuvo que contratar a
una extra para que hiciese esa toma en su lugar. En el momento en que se rodaba
dicha escena, Colbert interrumpe el rodaje gritando: "¡Sáquenla de ahí!
¡esa no es mi pierna! ¡Yo haré la escena!".
"Acabo de
intervenir en la peor película", comentó a una de sus amigas. Es su
interpretación emblemática y, de manera imprevista, le dio el Oscar. Pensando
que no iba a ganar, ni siquiera acudió a la ceremonia. La atraparon en una
estación de tren, le improvisó un traje y la llevaron hasta la gala de la
Academia para recoger su premio. En el momento de recibir la estatuilla,
Claudette subió al escenario, cogió su premio agradeciéndolo escuetamente y se
dispuso a bajar del escenario sin más ceremonias. Pero se detuvo a medio
camino, volvió sobre sus pasos y desde allí, con los ojos llenos de lágrimas
confesó, al fin: "Esto se lo debo a Frank Capra".
Clark Gable, actor de la Metro,
llego a la película como castigo por ser considerado por los directivos de la
MGM un actor indisciplinado;
En esa época Gable
trabajaba para la MGM. Aceptaba a regañadientes las películas de gángsters y
malvados, por lo que la MGM como represalia lo cedió temporalmente a Columbia,
para realizar esta película. El “resultado” de aquel castigo fue el Oscar que
lo catapultó a la fama.
Al final no fue tal
represalia, ya que Gable disfrutó haciéndola y además obtuvo el éxito que le
permitiría a partir de entonces seleccionar la película que quisiera hacer.
Una anécdota divertida sobre la película que
tiene mucha relación con C. Gable es que
se afirma que la venta de camisetas
interiores descendió en EEUU debido a la aparición de Gable en una escena de la
película sin ella.
Sucedió una noche,
puso la primera piedra en el camino de muchas comedias románticas que, hasta la
actualidad, han imitado el estilo de Capra con mayor o menor acierto, ya que es
difícil copiar la frescura y el dinamismo que desprende este film por sí mismo,
apoyado en su ácido guión y en la sutileza y picardía de sus escenas. Solo los
genios del cine saben hacer que una historia, a primera vista, simple tome
forma y funcione. Capra fue uno de ellos.
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