Funciona a mediodía y por la noche con un horario tempranero, que permite convertir el bocadillo en un aperitivo, merienda, tentempié, comida o cena. «Creemos en el de jamón en particular y en la bocadillería española en general», comentan los artífices del proyecto. «Nos parece un producto increíble con muchas variantes y recetas que se inspiran en las múltiples formas de comerse el pan con jamón en toda la geografía española. Somos un bar de bocadillos», sintetiza.
La carta se anuncia en un soporte de madera, que suma ocho opciones de bocadillo, con precios de 3,80 a 7,50 euros, donde varía el tipo de pan (como el mollete, la chapata o un trozo de pan de horno de leña) y los ingredientes que acompañan a la paleta de jamón ibérico. El Enrique es el clásico; el Paez es un mollete; el Txema lleva pimiento verde; el Telmo opta por los pimientos del Piquillo y la cebolla caramelizada; y el Antoñito con queso manchego. Junto a estos cinco homenajes al jamón ibérico, está el capítulo de Los Otros, con rellenos como la mortadela trufada, el lomito ibérico de bellota o la butifarra de perol.
Junto a los bocadillos, que siempre se preparan al momento, se puede comer el jamón en raciones (12 euros), de cuatro procedencias: Extremadura, Guijuelo, Huelva o Pedroches. Además, la carta incluye tablas de quesos, salmorejo y gazpacho, mejillones gallegos en escabeche, lomo ibérico y ensalada de ventresca con pimientos.
¿Para beber? Por supuesto, champán, que se despacha en botellas (con un precio medio de 34 a 52 euros) y por copas (de 6 a 9 euros). Los precios parecen razonables, con la evidente intención de animar a la clientela. La colección de champán está expuesta tras la barra, con casas como Henri Abelé, André Clouet, Delamotte, Frerejean Frères o Lallier; junto con algún cava, como Segura Viudas Aria. Si no, queda la opción de la cerveza.
Unos paneles en la pared aportan información sobre los dos productos estrella de la casa (TipsChampán y TipsJamón), en un pequeño espacio de interiorismo minimalista, con la madera como protagonista. Todo tiene calidad y la propuesta funciona. El local suma una barra perfecta para comer algo o tomar un aperitivo y una zona al fondo, en una especie de segundo piso, donde además está la minicocina, en la que se preparan los bocatas a la vista del cliente.
By Yola
No hay comentarios:
Publicar un comentario