Podemos remontarnos a la Antigüedad con el relato histórico de Hipócrates que inventó el “vino hipocrático” al macerar vino con flores de ajenjo, o a los vinos aromatizados del s XVI en Bavaria donde fue nombrado wermut por el nombre del ajenjo en alemán. Pero el verdadero inventor del vermut es Antonio Carpano en 1786, y desde su bottega en Turín se puso muy de moda entre la nobleza piamontesa.
Entre las muchas especias y flores que intervienen en su elaboración destacamos; por supuesto el ajenjo, anís estrellado, hinojo, clavo, cardamomo, corteza de naranja, vainilla, canela, salvia, nuez moscada, jengibre, melisa…y muchos más, pero este es el secreto que guardan los fabricantes de los buenos vermuts. Ya que los gustos y olores que pasan al vino son en muchos casos muy amargos, a la habilidad del enólogo debe unirse la licorista, para hacerlo en su justa medida e intensidad.
El barrio de Malasaña, en Madrid, y el de Gràcia, en Barcelona, dan la bienvenida a una serie de talleres que recuperan 'La Esencia de lo Nuestro' a la hora del vermut. Bajo este eslogan, la marca Vermouth Yzaguirre toma la iniciativa para recuperar las buenas costumbres mientras se disfruta de una copa y de una buena conversación.
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