IN
MEMORIAM
Leyendo El Faro del pasado domingo, al ver las
esquelas, como la mayoría, miré “a ver quién ha muerto hoy” y me encontré con
la desagradable y triste noticia que el día 7 había muerto en Málaga CRISTOBAL
AGUILAR MORA.
Cristóbal, antes
de ser funcionario de la administración del Estado, regentaba un pequeño
negocio familiar situado en el antiguo Paseo de las Palmeras, Ferretería
Aguilar, pero gran parte de los que estamos sobre los cincuenta no es allí
donde lo conocimos. Cristóbal era nuestro Jefe, era el jefe Provincial de la
OJE.
Cuando terminaba
su jornada laboral en vez de dirigirse a su casa a descansar, él se dirigía con
su Volkswagen escarabajos color naranja butano a la calle Fernández para hacer
la vida más feliz y sana a un puñado de niños, jóvenes y adolescentes. Desde mi
recuerdo lo veo un hombre alto, cargado de hombros, con una voz peculiar que
igual te animaba que te asustara, una nariz aguileña (como su apellido) y un
pronuncia bigote por debajo de la comisura de los labios. Desde su despacho de
la OJE, organizaba ya un campamento de verano, (llego a dirigir más de uno a
escala nacional) ya las actividades de
aeromodelismo, o las marchas de fin de semana, primero al Jaral y después a
Calamocarro (en más de una ocasión tuvo que venir a evacuarnos por las
inclemencias del tiempo); sin olvidar aquellos entrañables albergues de Navidad
y Semana Santa en San Roque o Marbella.
En la formación y
educación de una persona se dice que es fundamental tanto la familia como la
enseñanza, pues yo, como otros muchos, tengo que añadir una tercera pata en el
banco: la OJE. La formación, y no precisamente del espíritu nacional, los
consejos, la actividades al aire libre, el concepto de amistad y camaradería,
todo eso y mucho más lo aprendí de Cristóbal y en la OJE de Ceuta, de la que me
siento muy orgulloso de haber pertenecido desde los diez a los dieciocho años
cuando por los avatares de la vida se disolvió… En todo este tiempo nunca
recibí de él ninguna consigna ideológica o de alineación para y con el régimen
de Franco.
Cuando todo
aquello terminó Cristóbal siguió su vida laboral en la función pública. Y valga
la siguiente anécdota para mostrar parte de su vocación de servicio: al morir
unos familiares de unos amigos míos se vieron envuelto en un farragoso tema de
herencia y disposiciones legales, me comentan que desde la Agencia Tributaria
un señor muy amable les ayuda con todo los problemas, pregunto su nombre y me
dicen Cristóbal Aguilar, a lo cual yo respondo: ¡mi Jefe!; eres funcionario, me
preguntaron, a lo que respondo no es era el jefe de la OJE…, Su valía y
vocación de servicio está resumida en nuestro viejo lema: VALE QUIEN SIRVE.
ResponderEliminarJose Antonio Fenoy Bretones
11 de febrero a la(s) 14:00
Efectivamente somos muchos los que pensamos en Cristobal Aguilar Mora como un imprescindible en nuestra niñez y adolescencia. Su bondad era mayor que su orgullo de ser español,que era mucho. Su voluntad de servicio a los demás era antología. Una noticia muy triste.