“Invisible Nude”, es la exposición con la que la artista Cristina Lucas se presenta en la Galeria Vanguardia con motivo del Bilbao Art Distrit 2014.
Todas estas fotografías tienen
en común entre sí la normalidad con la que las obras artísticas de desnudos
cuelgan en las paredes de los museos pero donde el desnudo real es siempre
cuestionado. La acción desarrollada por la artista es sencilla, en la cultura
occidental siempre ha estado presente la belleza del cuerpo humano. Las fotos
son el resultado de una performance
llevada a cabo con distintos modelos en estos museos, a los que salvo en el
museo del Prado no se pidió permiso para sacar las fotos. Los guardianes
vigilantes que aparecen van pixelados.
Los modelos en cada una de las
fotos adoptan alguna similitud con las obras representadas, con guiños en las
posturas y, en definitiva, un diálogo con las obras de desnudos elegidos, muy
relevantes en la historia del arte. Con estas fotos se pone en relación y en
comunicación los desnudos, el real de la acción y el de las obras, a la vez que
se establece una presencia importante de los vigilantes del museo que, según la
artista Cristina Lucas siempre se mostraban muy tensos, incluso enfadados, o
bien acudían al chef curator
o, en última instancia, al director que siempre se comportaba “muy
razonablemente”.
Para poder introducir la
máquina de fotos en el Museo del Prado y sin especificar qué fotos se iban a
sacar, la artista debió cumplir con una serie de requisitos, como firmar que no
se iba a comer, ni a beber en el museo aunque obviamente, no aparecía ninguna
alusión al hecho de desnudarse. Tuvo que ser muy rápida la artista ya que la
modelo no tuvo tiempo ni de desprenderse totalmente del abrigo, “cuestión de
dos segundos” afirma Cristina Lucas. Hay un intento de postura de equivalencia
en el gesto de la modelo con la Maja desnuda de Goya.
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